Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100427
Legislatura: 1901
Sesión: 4 de Febrero de 1902
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 109, 2216
Tema: Reorganización de servicios

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Dos palabras al Sr. Martín Sánchez, para decirle que precisamente hoy es cuando menos podía quejarse de la falta de presentación de proyectos de ley, porque aquí sólo se han leído tres, y otros tres se estarán leyendo en el Congreso. De manera que, un día en que se presentan seis proyectos de ley, no es verdaderamente un día perdido para las tareas parlamentarias. Y así seguiremos presentando todos los que sean necesarios y que la prudencia aconseje, porque no hemos de presentar todos aquellos que puedan hacer variar de los pies a la cabeza la total organización del Estado, a pesar de que ésta no sea tan perfecta que no deba procurarse, si no eso, algo parecido; pero, en fin, no se puede hacer en poco tiempo todo lo que S. S., por lo visto, desea.

Y voy a contestar al Sr. Cárdenas.

En las reformas que el Gobierno tenía pensado ejecutar, entraba muy principalmente la del Consejo de Estado, y yo había hecho diferentes tentativas para conseguirla; pero me encontraba con la dificultad de que un Consejo de Estado de altura, de importancia, de verdadera eficacia, aun cuando no se ocupara en los asuntos en que hoy entiende, porque había que descartar mucho trabajo del que hasta ahora ha ido allí, resultaba un tanto caro en su funcionamiento. Entonces procuré combinar los servicios del Consejo de Estado con los del Tribunal de Contencioso-administrativo, porque ambas funciones están a cargo de la Presidencia, pero tropecé con otra dificultad, la de que la cuestión del Tribunal de lo Contencioso está sometida a informe de la Comisión de Códigos, puesto que se trata de que forme parte de una Sala especial del Tribunal Supremo, y mientras esta cuestión no se resuelva, yo tengo las manos atadas para tratar de la reforma en el sentido en que yo la había pensado. He aquí por qué esta reforma se ha detenido. Cuando, en efecto, el Tribunal de lo Contencioso-administrativo pase a ser una sala del Tribunal Supremo, entonces quedará bajo la jurisdicción de la Presidencia del Consejo de Ministros sólo el Consejo e Estado, y entonces será el momento de tratar de reformar esta dependencia de manera que cumpla perfectamente con su elevada misión sin aumentar mucho los presupuestos de gastos, o lo menos posible, es que hay algo que exija el aumento; pero, hoy por hoy, no hay medio de verificarlo.

También me ha preguntado el Sr. Cárdenas si pensaba hacer reformas en la Presidencia para aumentar algún servicio. Debo declarar a S. S. que, en efecto, pensaba en esa reforma. Yo quería dar a la agricultura, a la industria y al comercio una importancia y un valor que estoy seguro de que no se les ha dado en España, y como, lo mismo aquí que en todas partes, son un elemento de riqueza y de fuerza, deseaba que, dándole esa importancia y ese valor por el Gobierno y toda la protección que necesitara, pudiera desarrollarse hasta el punto de que nos trajera la prosperidad de la Nación.

En este concepto, pensaba constituir una especie de Ministerio dentro de la Presidencia del Consejo de Ministros para todos los servicios relacionados con la agricultura, la industria y el comercio. Pero, una de dos: o se realizaba el pensamiento que yo tenía, dando a las funciones de la agricultura, la industria y el comercio todo el desarrollo que quería que tuviesen, o se reducía simplemente a aumentar un poco su importancia y los cuidados que a esos ramos de la riqueza pública se ha dado hasta ahora.

Lo segundo no me satisface porque, de hacer el ensayo, era preciso verificarlo de verdad a fin de que no fracasase; y lo primero, declaro que elevaba mucho el presupuesto. Como la elevación de éste podría ser un inconveniente en estos momentos, y quizás dentro de uno o dos años no lo sea, y podamos hacerlo como yo deseaba, por eso he preferido aplazar la reforma de llevar a la Presidencia del Consejo de Ministros esa especie de Ministerio que se ocupara exclusivamente de la agricultura, de la industria y del comercio.

No sé si satisfará al Sr. Cárdenas la respuesta que he tenido el gusto de dar a S.S. Si no queda satisfecho, le ruego que me lo advierta, porque dispuesto estoy a darle cuantas explicaciones estime necesarias.



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